Asco, rabia,
impotencia... Me negaba a creerlo, no quería reconocerlo. Ahora no
tengo dudas: ni olvido, ni perdón. La paciencia tiene un límite y
ese límite está en mi coño y estoy hasta el mismísimo!
Cómo recuperar lo que
durante siglos nos ha sido robado, reprimido, vetado? Sí, es
legítima la inversión de poder si es para equilibrar la balanza y
si, esa balanza existe y nunca a estado en su punto de equilibrio y
mucho menos lo está ahora. Vosotros estáis en lo alto de la
cúspide, nunca estuvimos, estamos o estaremos a la misma altura. A
tí te da miedo perder tu posición, tus privilegios. Claro, caer
desde tanta altura da vértigo y para esto no ibas a echarle huevos,
no vaya que acaben rotos. Y para esto perpetúas mi posición
verborreando sobre cuidados “mutuos”, equidad, apoyo desde una
perspectiva “feminista” (de feminista sólo tiene el uso de
determinados conceptos) Y una mierda!! Sólo buscas meterme en
vereda, ponerme collar, cadena, atarme en corto y por supuesto quemar
mis alas. Eso si, en nombre del feminismo, amén.
La penetrabilidad de mi
cuerpo frente a la impenetrabilidad del tuyo (aquí también me
parece legítimo el cambio!).
(Déjame que te cuente un
secreto: nunca podrás sentirte una mujer. Eso es algo que se te
escapa... Jódete machirulo de mierda!)
No hay comentarios:
Publicar un comentario