Anoche mi cuerpo y mi mente te esperaron, ávidos del calor de tu piel, del sabor de tus besos. Del tan ansiado cuerpo a cuerpo.
Esperaron una hora, dos, tres... derrotados y somnolientos calleron inmóviles a tu lado, consolados por el roce de tu cuerpo tendido junto al mío.
Hasta que al pespuntar la mañana asumieron emocionados que había que seguir esperando.
"Las cosas les llegan a quien las saben esperar"
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